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Poesía (2005) de Adolfo Sánchez Vázquez, diálogos con el tiempo
Enero 2006
Autor: Adolfo Sánchez Vázquez
Título: Poesía
Edita: Fondo de Cultura Económica
Páginas: 163
Adolfo Sánchez Vázquez, conocido principalmente por su labor filosófica con obras tan relevantes como
Las ideas estéticas de Marx (1965),
ética (1969),
Estética y marxismo (1970),
Escritos de política y filosofía (1987),
Invitación a la Estética (1992),
Filosofía y circunstancias (1997),
De Marx al marxismo en América Latina (1999),
A tiempo y destiempo (2003) o
De la Estética de la Recepción a una estética de la participación (2005) entre muchas otras, es también un poeta destacado de la Generación del 36 o de la República, grupo que osciló entre los ecos vanguardistas bajo la influencia del magisterio del 27 y el compromiso político que supuso los acontecimientos históricos de los años 30.
Poesía (2005), publicado por el Fondo de Cultura Económica y el Centro Cultural de la Generación del 27, con nota introductoria del propio autor, un prólogo de la profesora María Dolores Gutiérrez Navas y un epílogo de Adolfo Castañón, recoge la totalidad de la poesía de Sánchez Vázquez, agrupada en tres secciones: Poesía en vela (1933-1936), Poesía en guerra (1936-1938) y Poesía en exilio (1940-1954). La primera aglutina poemas anteriores a la guerra civil donde asoman los tonos surreales de violencia anímica, aunque el núcleo principal lo conformaría las composiciones de
El pulso ardiendo, libro que publicó en el exilio Mexicano en 1942 y que debía aparecer en 1936, obra que entronca con la línea sonetil que caracteriza a su generación, así como el compromiso y lucha social de algunos poemas (“Memoria de una noche de octubre”, “Sonarán a silencio” o “Elegía asturiana”) que tienen de fondo la Revolución de Asturias. La segunda sección incluye las composiciones escritas durante la guerra civil, tanto romances (que entran de lleno en la vertiente del
Romancero general de la guerra de España), como sonetos preciosos entre los que destacan “Miliciano muerto”, escrito en el frente del Ebro o “Guerrillero en la noche” en el que describe con imágenes cargadas de vitalismo y esperanza la figura del combatiente. Finalmente, la tercera sección del libro recopila las composiciones escritas en el destierro y que nos remiten a la necesidad de salvación por la memoria que en Sánchez Vázquez es la fuerza del diálogo con la verdad, así bajo imágenes como la de los
ríos de sangre que surgen de las tinieblas de la historia o la de la
voz sangrante que denuncia la opresión de su pueblo, el poeta testimonia que todavía se existe y se lucha, tema que estructuraría esta parte, de este modo mientras unos poemas nos siguen evocando la guerra (“Elegía a una tarde de julio”) o en otras se abre una ventana a la esperanza (“Maternidad”, “Paloma de Picasso” y “Afirmación del amor”), el tono amargo por lo que ha representado la experiencia de la expatriación (los “sonetos del destierro”) nos sumerge definitivamente en el dolor del desarraigo y la nostalgia, pero siempre con esa actitud de resistencia combativa como “El desterrado” o “Sentencia” donde aparece el poeta como una torre o un árbol desnudo luchando contra el viento y la ruina, mientras en “Reloj de arena” es contra le vacío y en “El poeta pregunta” contra la abulia, incluso se insta a una postura activa frente a una poesía sin ideales -anclada sólo en la belleza- en “Miseria de una poesía” y lo que significa el engaño de las ilusiones de un paisaje bello en “Impasible naturaleza”, todo para alcanzar un tono más acibarado en “Desterrado muerto” y “Al dolor del destierro condenados”, soneto con el que termina la obra, un verdadero alegato a la conciencia y a la lucha contra el olvido.
Francisco Ruiz Soriano