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Obra poética de Francisco Urondo

Octubre 2006

Título: Obra poética
Autor: Francisco Urondo
Edita: Adriana Hidalgo editora,
Género: Poesía
Páginas: 479 págs.
Precio: 43 dólares
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En los últimos ańos, la derogación de la ley de Punto Final y Obediencia Debida no sólo ha permitido el enjuiciamiento de los militares argentinos implicados en la dictadura de 1976-1983, sino que también ha favorecido el redescubrimiento, mediante homenajes y reediciones, de los escritores que fueron víctimas de ese periodo. Tal es el caso de Haroldo Conti, Rodolfo Walsh y también de Franciso Urondo, del que se ha publicado la novela Los pasos previos (1999), la biografía a cargo de Pablo Montanaro (2003), así como un monográfico en la revista Diario de poesía (otońo de 1999). Ahora es el turno de su obra poética, cuya edición conmemora los treinta ańos de la muerte del autor, y representa su producción fundamental.

Habría que leer a Urondo al margen de su implicación como activista en los actos subversivos en contra de los gobiernos autócratas de la Argentina de los ’60 y los ‘70. A menudo la confusión literatura y vida es peligrosa y puede resultar perniciosa para la primera, pues lejos queda la concepción de literatura como vida de Demóstenes o la dudosa consideración de la vida de Stendhal como una novela. En este caso deberíamos olvidarnos del Urondo guerrillero y pensar en el Urondo poeta; y sin embargo esta premisa resulta contradictoria con la propia voluntad del autor, ya que sus dos últimos libros tienen los inequívocos títulos de Cuentos de batalla y Poemas de batalla. Urondo elige el “hay que cambiar la vida” de Rimbaud, el espíritu del mayo francés y sobre todo la búsqueda y la rebelión de Cortázar, del que fue buen amigo. Por tanto, sí, aceptemos que Urondo, como los poetas sociales espańoles, quería combatir la tormentosa realidad de su tiempo, pero porque es obligado por esa realidad, y entonces sí podemos decir sin reserva alguna que la poesía y la vida de Urondo van de la mano. La poesía se convierte en expresión totalizadora y así en ella tendrán cabida el amor, el dolor, la muerte, la amistad, la ciudad, el país, la vida entera.

żY cómo es esa poesía? Como la de sus contemporáneos: conversacional pero no como César Fernández Moreno; reflexiva pero no como Roberto Juarroz; dramática pero no como Juan L. Ortiz; sensible pero no como Juan Gelman. Todo buen poeta se parece a su tiempo y es inconfundible. En el caso de Urondo leerlo es conocerlo. Vale la pena entablar amistad con él.

Oscar Martín