Revista Minotauro Digital (1997-2013)
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Octubre 2009
Laura Rosal nació en Jerez de la Frontera (Cádiz) el 24 de abril de 1988, pero nunca ha deshecho las maletas. En la actualidad cursa cuarto de Periodismo en la Universidad de Sevilla. Fue miembro y coordinadora del grupo de poesía escénica La Maraña y ha participado en distintos recitales poéticos, como el ciclo de poesía Las Noches del Cangrejo (Sevilla), el recital femenino Ellas (octubre 2008, Illescas, Toledo), o el LadyFest Sur (Sevilla 2009); así como en acciones-performances y diversos cortometrajes.
Fotógrafa oficial de Cangrejo Pistolero Ediciones. Sus fotografías han sido incluidas en libros, revistas y otras publicaciones periódicas. Ha ilustrado también las portadas de los libros Binarios, de Nacho Montoto, y Tarjeta de embarque, de Esther Garboni (SIM Libros Ediciones).
Sus poemas han sido publicados en revistas digitales como Enredos y Madejas, Enfocarte, etc., así como en la antología Las Noches del Cangrejo. Poetas en Platea (Cangrejo Pistolero Ediciones, 2008). Actualmente trabaja en la publicación de su primer poemario.
Incluimos una selección de sus poemas, acompañados de fotos de la propia autora
Cuídate de mí:
No te quiero más cerca.
Sólo te soporto cuando me
suplicas, desnudo, el amor
que me reservo para el resto.
GOLPE DE PIANISTA
No conseguí cicatrizarme,
su aliento gris me heló la nuca
y presentí los colmillos de la noche
un terrible escalofrío de cuerpos
un violín,
un gemido,
la sangre,
unas manos que me alzaban salpicada
con la dulce violencia de la aurora.
Grietas. Grietas
naciéndome como túneles profundos
arrancando la gruesa raíz del sentido
astillando las entrañas de mi pecho.
Los labios entreabiertos sugiriendo
devorar hasta la médula lluviosa
y los ojos arrastrándose hacia el sexo
en la espuma de jugosas convulsiones.
Lamí la colonia extranjera de su cuerpo
y descubrí la tristeza latiendo en sus ojos.
Deseé ser siempre niña y saliva
danzar descalza,
danzar en duermevela
sentirme suave y tierna y agarrarle todo
el cuerpo,
evitar que se deshaga como arena.
Se abrió la cabeza con silencio: |